En los proyectos que usan frameworks de desarrollo ágiles como Scrum o Kanban, el trabajo en equipo brilla cuando las ideas se pueden discutir con libertad y, una vez tomada la decisión, el equipo entero se alinea para ejecutarla con entusiasmo. Imagina que una tripulación de una barca rema cada uno en una dirección distinta, entonces la barca no avanzará. Toca remar juntos.
«Disenso, consenso y compromiso», los principios fundamentales del trabajo en equipo
Al realizar un refinamiento de tareas, es interesante que todo el equipo se implique en plantear aproximaciones y soluciones, que las distintas propuestas puedan ser lanzadas y cuestionadas, con datos y sin egos heridos. Este desacuerdo permite confrontar opiniones, encontrar donde pueden fallar las ideas planteadas y mejorarlas, puede permitir sumar ideas tomando lo mejor de cada una. Habrá que permitir que todo el mundo conozca claramente el objetivo o el impacto de cada tarea / funcionalidad /problema, y estos serán algunos de los argumentos que vertebrarán el debate y facilitarán la toma de decisiones. Estas se podrán tomar con una comunicación clara y transparente en un clima de confianza que permita plantear abiertamente las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas, un lugar donde cualquiera pueda plantear sus dudas con el objetivo común de resolver el problema de la manera más óptima posible.
Al tomar una decisión sobre cual será la solución, todo el equipo debe «estar dentro», aunque no fuera su favorita inicial. El compromiso para llevar a cabo la decisión tomada genera confianza y velocidad, evitando bloqueos y manteniendo el flujo de entrega de valor. Este enfoque fomenta el avance sin fracturas internas, clave en sprints rápidos donde la adaptabilidad manda.
El Scrum Master actúa como facilitador: permite hablar a todo el equipo, acota los tiempos para llegar a conclusiones (técnica time-box) y sintetiza la decisión. Al equipo se le pide que escuche activamente cada una de las soluciones para entender antes de compartir su opiniones. En caso de no poder tomar decisiones unánimes se pueden usar votaciones para visibilizar preferencias y pactar el umbral mínimo de acuerdo (o hacer rondas eliminatorias).
Las personas del equipo llegan a un compromiso explícito “Decidimos X por Y, yo hago Z para este sprint”. Su cumplimiento es el motor de un equipo fuerte, haciendo del equipo una máquina unida y con buen ánimo. Cuando alguien arranque con la tarea debe plantearse “No era mi top 2, pero lo haré brillar”. Si se detecta que la solución planteada no es la óptima, se podrán plantear soluciones alternativas, pero siempre pensando que se tomó la mejor decisión como equipo con la información con la que se contaba. Esto construye equipos motivados, con feedback constante para iterar procesos.
“Podemos discutirlo todo internamente, pero hacia fuera remamos juntos”.
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